Continuamos el bloque con Luis
Moscoso, montañista de la ciudad de Latacunga. Él comentó que su idea de hacer
montaña nació desde el colegio. Siempre veía al Cotopaxi desde su ciudad,
imponente, increíble y alguna vez soñó con estar en su cumbre. Empezó a hacer
pequeñas montañas en su ciudad, como el cerro Putzalahua. Contó que comenzó a
practicar alta montaña subiendo a la cumbre del Antisana y no a la del
Cotopaxi, como siempre soñó. Las primeras salidas Luis las hizo con guías,
asistió a cursos, siempre tratando de aprender.
Se
hizo amigo de Julio Mesías, uno de los primeros guías de la ASEGUIM, con Diego
Zurita, “Suquito” Garcés, también miembro de la Institución mencionada, armaron
una expedición. Hicieron tres cordadas y ascendieron al Antisana, contó que el
espíritu montañero los llevó a la cumbre, porque llegaron, la mayoría,
totalmente agotados.
Acotó
que el Antisana, es una montaña al estilo alpino. El montañista se orienta a
donde llegar a la cumbre, pero nunca puede seguir una ruta marcada, como en el
Cotopaxi o Chimborazo, que son montañas más comerciales.
Dijo
que la cumbre del Antisana es la más grande del Ecuador. El avance se realiza
desde los 4.400 metros, más o menos donde se arma el campamento. Se avanza por
un sector rocoso, de ahí se llega al glaciar, se calzan crampones y se
atraviesa cerca de 45 minutos un glaciar plano, con un poco de pendientes,
justo en ese punto comienza la dificultad. Luis contó que la última vez que
estuvo en el Antisana, desde el inicio hubo grietas, serak caídos, por este
motivo el paso se tornó más complicado. Enfatizó que para el ascenso hay que ir
preparados físicamente, porque pueden surgir eventualidades como, se abre una
grieta y toca bajar unos 200 metros para encontrar otro camino, así, las
piernas se van agotando.
Ha
llegado a la cumbre norte y desde ahí ha visto la cumbre sur. Para Luis el
Antiana es una montaña mágica, única y para el próximo año tiene pensado
realizar el proyecto de la “Cumbre sur”.
Señala
que en el Antisana ha observado paisajes increíbles, la salida del sol, estar
sobre las nubes. También ha contado con días nublados, pero en su mayoría la
montaña le ha brindado días espectaculares para poder hacer un buen registro
fotográfico, sin mucha técnica.
Enfatizó
en el tema de seguridad hacer las cosas bien, porque no solo arriesgamos
nuestras vidas, sino también, de la gente que acude a nuestro rescate. Luis ha
ido en solitario a la montaña, y cuenta que es una concentración total,
cuidarse, asegurarse, no cometer errores, porque en el montañismo un error
puede costar la vida. A cada montaña se debe tener respeto, en cualquiera puede
suceder alguna tragedia, y qué mejor que ir preparados para evitar el error
humano al cero.
Para
finalizar, mencionó que no debería haber egoísmos, envidias o peleas, entre
guías, agencias, montañistas, clubes. La idea sería que todos fomentemos un
montañismo seguro y considerar que son los profesionales, quienes nos pueden
ayudar a mejorar.
Luis
practica por pasión el montañismo y con sus productos audiovisuales busca
incentivar el turismo y aportar al montañismo de nuestro país. El video
completo del ascenso al Antisana y otros productos, lo pueden encontrar en su
canal de YouTube.
En
el segundo bloque, Medio Ambiente y Experiencias, participó Augusto Granda, presidente de la Asociación
de Guardaparques del Ecuador (AGE) y Guardaparque de la Reserva Ecológica Antisana
del Ministerio del Ambiente; Nicolás Aliaga, aventurero de profesión, director
UDLA Outdoors, True Consulting y Natuk Adventures. Instructor Outward Bound,
respectivamente.
Augusto
Granda, comentó a los asistentes que, como guardaparques les toca hacer
cumplir la norma, hacer cumplir ese rol que les otorga el estado, a través del
Ministerio del Ambiente. Hace unos 15 a 20 años, el guardaparque era el
cuidador, gente del sector, aledaño al área, que vivía cerca y lo contrataban
como tal, pero lo trataban como peón, o una persona que no tenía relevancia
dentro de las actividades que venían a hacer los turistas.
Puntualizó que, se deben conservar
espacios como las áreas protegidas, porque tienen recursos, o algún elemento
para servicios ecosistémicos. Porque son espacios demarcados, con políticas,
con normas, con reglamentos que delega el Ministerio del Ambiente, a sus
funcionarios, a sus guardaparques para su conservación y preservación de estos
recursos.
Acotó que en total el Ecuador cuenta
con 59 áreas protegidas, divididas en 4 subsistemas, el estatal, el privado, el
comunitario y el de los GADs, cerca del 20 por ciento del territorio nacional.
Indicó que La Reserva Ecológica
Antisana tiene 26 años. Fue creada el 21 de julio de 1993, sobre la hacienda de
la familia Delgado. En el 2010, cambió esa realidad, desde el momento que se
adquirieron los terrenos de la reserva para poder tener el acceso como lo
tenemos actualmente, gracias a un compromiso presidencial. Se efectuó un
trabajo tripartito entre Ministerios de Turismo, Deporte y Ambiente para
algunas actividades, entre ellas la ruta del cóndor y accesibilidad del nevado.
La Reserva Ecológica Antisana es el
último refugio de cóndores, ya que el tercio de la población de cóndores a
nivel nacional de se encuentran ahí. Entre los atractivos que tiene la reserva,
se encuentra la Laguna Tuminguina, no muy conocida, por donde atraviesa la ruta
del cóndor; la laguna de La Mica.
Augusto mencionó el trabajo con la
comunidad educativa, escuelas, colegios, universidades, para que conozcan el
rol que cumplen las áreas, no solo desde el aspecto turístico, sino también,
desde el ambiental.
Enfatizó
que los guardaparques tienen la responsabilidad de precautelar los recursos que
posee un área protegida. A través de la ley, son la autoridad ambiental
nacional, y tienen potestad directa sobre las áreas protegidas. Por ejemplo, en
el 2018, fueron detenidas varias personas por caza de venados. En agosto de
este año, por pesca furtiva.
Para concluir, acotó que la Asociación busca mejorar el nivel académico de los
guardaparques. Contó que cuentan con el aval del Ministerio del Ambiente para
tener la escuela de guardaparques de formación.
También compartió que el flujo de montañistas para ascenso al Antisana
es relativamente bajo.
Continuamos con Nicolás Aliaga, aventurero de profesión. Él
compartió que le apasiona la educación y lo que más le motiva y gusta de su
trabajo es llevar a los estudiantes a la montaña, para que aprendan cosas
distintas, que se involucren en nuevas actividades y descubran nuevos espacios
sanos y deportivos, además, que se involucren con
gente que está apasionada por las mismas experiencias, siendo esta básicamente
la filosofía del club UDLA Outdoors.
Mencionó que, cuentan con programas de montaña,
escalada, kayac, senderismo, ciclismo, buceo. Son uno de los pocos clubes que
maneja un calendario integral. El club trabaja con personas profesionales, es
importante contar con guías ASEGUIM, porque la seguridad es importante,
recalcó. Con la operadora turística Natuk Adventures, realizan programas de
aclimatación.
Nicolás comenzó a hacer montaña a sus
quince años. Hacía downhill, pero después se dedicó de lleno a la montaña.
Comenzó alta montaña en el Cotopaxi. Acotó que el Antisana es una montaña
interesante, mágica, pero intimidante y buscó el momento exacto para ascender.
Tuvo varios intentos, algunas cumbres despejadas, con sol, pero también cumbres
en donde el clima estuvo terrible. Siempre en cada ascenso, buscando la
seguridad.
Para concluir, Nicolás mostró al
público fotos de la última expedición que realizó con un grupo al Antisana.
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Archivo Nicolás Aliaga.
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El
público participó con cada experto, dando a conocer sus inquietudes. Además,
interactuaron entre ellos al final de la actividad.
FORUMountain, en esta
primera temporada generó espacios de aprendizaje, para hablar del montañismo de
una manera integral.
Con
la entrega de certificados a los expertos y un agradecimiento a los asistentes
que nos acompañaron, no solo en esa noche, sino en todo este ciclo, concluyó el
Conversatorio Volcán Antisana.
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De izquierda a derecha: Pablo Tréboles, Juliana García, Augusto Granda, Nicolás Aliaga, Luis Moscoso, Juan Carlos Veloz y Roberto Herrera. |
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Expertos, organizadores y parte del público que nos acompañó en la Universidad de las Américas, UDLA. |
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Juan Carlos Veloz, coordinador de MONTEcuador y Roberto
Herrera, coordinador de Club de Turismo de la Escuela de
Hospitalidad y Turismo UDLA. |
Fuente:
VELOZ J, PROAÑO T, 2019. Quito, Ecuador.
ANEXOS
RESEÑA EXPERTOS
JULIANA GARCÍA
Presidenta
de la Asociación Ecuatoriana de Guías de Montaña, una invitada de lujo.
Juliana
ha hecho montañismo en el Ecuador desde los 15 años de edad, ella cuenta con la
certificación de ASEGUIM / UIAGM
Como
escaladora, ha escalado montañas y paredes de los Andes, Perú, Bolivia,
Colombia, así como también en Pakistan, Alaska, Estados Unidos y los Alpes.
Ha
logrado mucho en su carrera. Entre sus distinguidos éxitos esta la apertura de
una nueva ruta en los Andes peruanos: HK, en la cara norte del Huandoy este,
con dificultades de TD + V + M3/4. Juliana consigue la apertura de esta nueva
ruta junto a Joshua Jarrín, esta ruta fue incluida en la lista 2012 de subidas
escogidos por la organización “Piolet d’or”, edición de 2013.
Recientemente,
en el verano del 2016 abrió una nueva ruta en Bolivia en conjunto con Anna
Pfaff, ellas nombraron a esta ruta: ¨La ruta del Solsticio¨ Nor-Este del
Tiquimani (5.519msnm) 1600 meter 5.10b R.
Juliana
es Embajadora de la marca Patagonia. Poseé la calificación como instructora en
educación de avalanchas AIARE. Actualmente, trabaja en la obtención de su
condición de guía de esquí para convertirse por completo en una guía UIAGM.
AUGUSTO GRANDA
Ingeniero
en Turismo y Hotelería. Tecnólogo
en Estudios Ambientales y Ecoturismo. Presidente de la Asociación de
Guardaparques del Ecuador (AGE) y Guardaparque de la Reserva Ecológica Antisana
del Ministerio del Ambiente.
Cuenta
con experiencia de 15 años en Áreas Protegidas, donde ha aportado en diferentes
ámbitos para desarrollar los programas de manejo como son: Control y
vigilancia, Uso público y turismo, Comunicación, Educación y Participación
Ambiental, Manejo de biodiversidad, Administración, Gerencia y voluntariado.
Ha
participado en diferentes cursos y congresos a nivel Nacional e Internacional,
donde también se desarrolló como expositor, y a su vez, ha compartido las
capacitaciones de los cursos realizados con los compañeros guardaparques.
Cree
firmemente en fortalecer las capacidades del personal que labora en Áreas
Protegidas, siempre recordando que “Sin Guardaparques no hay conservación”.
NICOLÁS ALIAGA
"Lo
que más me apasiona de subir montañas, es la constante batalla con uno
mismo", menciona Nicolás Aliaga, aventurero de profesión, director UDLA
Outdoors, True Consulting y Natuk Adventures. Además, instructor Outward Bound.
LUIS MOSCOSO
Ingeniero
de profesión, montañista por pasión. Ha subido casi todas las cumbres del Ecuador,
la mitad de ellas en solitario. Es amante de la naturaleza y la aventura.
LEYENDA
"ANTISANA, EL GUARDIAN DEL SOL"
Por Pablo Tréboles de Crónicas del
Caminante.
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Foto: Juan Carlos Veloz
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Antes de llegar al mar de
árboles verdes donde reina el jaguar, vivía un Chuzalongo, el más pequeño y
asustadizo de todos.
Los Chuzalongos eran bravos y
muy feos, yo nunca tuve la oportunidad de conocer a uno en persona, pero los
que si los conocieron dicen que tenían los pies al revés y un miembro viril muy
grande, además, que daban chillidos horribles para el oído del ser humano y que
siempre andaban buscando a mujeres para abusar de ellas. Sin embargo, mi gran
amigo Waira me contó que esta descripción es moderna y que antes de que
llegaran los blancos barbudos del otro lado del mar, los Chuzalongos no eran
tan feos, ni tan malos. Fueron los barbudos quienes asustados por sus creencias
dieron a los Chuzalongos y a las demás criaturas sagradas aspectos espantosos y
actitudes malignas, pero la verdad es que en la naturaleza no existía, ni
existe, ni existirá nada malo, solo los humanos son malos y es porque se han
alejado de la naturaleza.
Hubo un tiempo en que las
criaturas de la naturaleza vivían bajo la tenue luz que esparcía Pachacamac y
cuando el Jatuntaita descansaba, daba paso a las Ninacuris para que alumbraran
las tinieblas, pues en aquella época Pachacamac aún no había dado vida a Inti
ni a Killa y sin su luz y sin la luz de las Ninacuris el mundo era oscuro.
Tan poca luz traía problemas a
las criaturas de la naturaleza, sin la suficiente luz las plantas y árboles no
crecían, el agua siempre era helada y los animales dormían gran parte del
tiempo, sin luz los humanos permanecían asustadizos y temerosos del mundo que
Pachacamac había creado para ellos, sin luz no había calor y sin calor el agua
no se evaporaba para luego convertirse en lluvia, tan oscuro era el mundo, que
poco a poco las criaturas de la naturaleza se sumergían en un sueño profundo.
En la naturaleza no solo
existían animales, plantas y humanos, existían también otras criaturas que no
eran ni plantas, ni animales, ni humanos, criaturas que eran todo eso en uno
solo; Aya Humas, Pumamakis, Urkus, Cuiches, Chuzalongos y más criaturas que
eran sagradas, tristemente por tanta oscuridad comenzaban a olvidar las
funciones en la naturaleza y también empezaron a caer dormidos.
El Jatuntaita preocupado por ver
que su mundo se quedaba dormido y que ya no quería despertar empezó a buscar consejo
entre las criaturas que aún aguantaban el sueño, esperaba que alguno le diera
una idea de cómo despertar al resto de criaturas, pero el sueño era tan fuerte
que ninguno pensaba bien.
Antes de llegar al mar de
árboles verdes donde reina el jaguar, vivía un Chuzalongo, el más pequeño y
asustadizo de todos, este pequeño amigo tenía tanto miedo a quedarse dormido
que había hecho una bola de ramas, a la cual había encendido fuego para así
mantener luz a su alrededor y mantenerse despierto.
Pachacamac desesperado al ver
que ya casi todas sus creaciones caían dormidas y ya no despertaban, salió a
buscar ayuda, sabía que en algún lugar de su mundo existiría alguna luz que
pudiera dar vida al mundo que había creado. A lo lejos pudo ver un pequeño
destello de luz roja y amarilla, esperando sea la respuesta para tan terrible
problema.
Se acercó al lugar de donde
venía esa rara luz. El Jatuntaita se encontró con un pequeño Chuzalongo que
apenas se mantenía despierto y a su lado una pequeña bola de ramas rodeada de
fuego a punto de extinguirse, consumida por la fría oscuridad. Pachacamac tuvo
una idea brillante, tan brillante como lo que estaba a punto de crear, entre
sus manos tomó esa bolita de ramas y la lanzó al cielo manteniéndola
suspendida, luego pidió a su gran amigo Waira, que soplara lo más fuerte que
pudiera y el viento así lo hizo y esa pequeña bolita de ramas cubierta de fuego
se convirtió en una gigantesca bola de luz roja y amarilla que brillaba en un
hermoso cielo turquesa.
Las criaturas empezaron a
despertar y veían asombradas la nueva fuente luz que había en el cielo, el
pequeño Chuzalongo también despertó asustado y muy confundido por ver que junto
a él se encontraba el mismísimo Pachacamac. No sabía qué hacer o qué decir.
- ¿Tu creaste esa bolita de
ramas? - pregunto Pachacamac mirando tiernamente al asustado Chuzalongo.
-Sí, señor- respondió el pequeño
bajando la mirada para no ofender a su creador, pues pensaba que un Chuzalongo
no era digno de crear nada en el mundo.
Mirándolo tiernamente Pachacamac
le dijo -No sabes cuánto te agradezco, ¿Cuál es tu nombre pequeño hijo mío? –
-Ningún Chuzalongo tiene nombre-
respondió el pequeño ya un poco más tranquilo.
-Tú serás el primero en tenerlo-
le dijo Pachacamac sonriente -Te llamaras Antisana (Por donde nace el sol) - y
la bolita de ramas rodeada de fuego que has creado se llamará Inti- agrego el
Jatuntaita sintiéndose orgulloso.
El Jatuntaita pidió a Inti que
alumbrara la tierra por doce horas, a ese tiempo lo llamó Puncha (Día) y que
luego se retirara a descansar debajo de Mamacucha (El mar). También ordenó al
Chuzalongo que fuera el encargado de despertar al sol para que cumpliera con su
trabajo y lo convirtió en un hermoso nevado, justo a la entrada del reino del
jaguar, para que pudiera cuidar del recién nacido Inti.
El Jatuntaita consciente de que
la luz era necesaria mando a traer una Ninacuri (Luciérnaga) y le pidió que
fuera la encargada de alumbrar el cielo en ausencia de Inti, a esa etapa
después de los Punchas la llamo Tuta (Noche).
Antes de llegar al mar de
árboles verdes donde reina el jaguar, vive un Chuzalongo el más grande y listo
de todos, Antisana.
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